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Tipos de cirugia de mandibula todo lo que debes-saber

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La mandíbula, ese hueso que estructura la parte inferior del rostro, no solo es clave para la apariencia estética sino también para funciones vitales como masticar, hablar y respirar correctamente. Cuando su desarrollo no es armónico o sufre alteraciones por accidentes, malformaciones o enfermedades, la calidad de vida del paciente puede verse gravemente afectada. En esos casos, la solución va más allá de los tratamientos odontológicos convencionales: se necesita cirugía.

La cirugía de mandíbula, o cirugía ortognática, es un procedimiento especializado que reposiciona los huesos maxilares para devolver equilibrio, funcionalidad y estética al rostro. No se trata de un capricho estético ni de una tendencia pasajera, sino de una intervención que combina precisión quirúrgica, planificación digital avanzada y un enfoque integral de la salud.

De acuerdo con la American Association of Oral and Maxillofacial Surgeons (AAOMS), este tipo de intervenciones se realizan cuando existen “desproporciones esqueléticas o maloclusiones severas que no pueden corregirse únicamente con ortodoncia”. Es decir, cuando los dientes pueden estar alineados con brackets, pero la raíz del problema está en la posición de los huesos.

En Mayo Clinic, centro médico de referencia mundial en Estados Unidos, explican que la cirugía de mandíbula se indica en personas que presentan dificultades para morder o masticar, problemas de dolor crónico en la articulación temporomandibular (ATM), desgaste dental excesivo, apnea del sueño o asimetrías faciales notorias. “La cirugía ortognática corrige tanto la estética como la funcionalidad, y permite que el paciente respire, mastique y viva mejor”, destacan en sus guías clínicas.

El impacto de estos procedimientos no es menor. Estudios publicados en la revista Journal of Oral and Maxillofacial Surgery han demostrado que la cirugía ortognática no solo mejora la mordida, sino que también contribuye a la salud psicológica del paciente, al disminuir problemas de autoestima relacionados con la percepción de la propia imagen.
La experiencia clínica confirma lo que dicen las investigaciones. El cirujano maxilofacial español Dr. Federico Hernández-Alfaro, uno de los referentes europeos en cirugía ortognática y director del Instituto Maxilofacial de Barcelona, explica que “la cirugía de mandíbula no debe entenderse como una operación únicamente estética: es, ante todo, un procedimiento funcional. Se trata de devolver al paciente una vida sin dolor, con una correcta respiración y con la confianza que aporta la armonía facial”.
En Colombia, este tipo de intervenciones han tomado relevancia en la última década gracias a la modernización de quirófanos, al acceso a tecnología de planificación digital en 3D y a la capacitación internacional de los especialistas. Hoy, pacientes que antes debían viajar al exterior pueden encontrar en el país equipos multidisciplinarios que realizan estas cirugías con estándares globales.
Dentro del abanico de procedimientos, no existe una sola “cirugía de mandíbula”. En realidad, hablamos de un conjunto de técnicas que se aplican según la condición del paciente: desde la cirugía ortognática convencional hasta las cirugías por prognatismo, retrognatia, asimetría facial, apnea del sueño, reconstrucciones postraumáticas o cirugías estéticas complementarias. Cada una responde a una necesidad específica y requiere un diagnóstico exhaustivo.

Entender cuáles son los tipos de cirugía de mandíbula, cómo se diferencian, qué beneficios ofrecen y qué riesgos conllevan, es fundamental para cualquier persona que esté considerando este camino. En las siguientes secciones, exploraremos cada una de estas intervenciones de la mano de fuentes de autoridad médicas, respondiendo también a las preguntas más frecuentes de los pacientes y derribando los mitos más comunes alrededor de estos procedimientos.

Cirugía ortognática: la más común y completa

La cirugía ortognática es considerada la intervención más integral dentro del grupo de cirugías de mandíbula. Su objetivo principal es corregir las discrepancias entre el maxilar superior y la mandíbula inferior para lograr una mordida funcional, una respiración adecuada y una armonía facial balanceada.

De acuerdo con la American Association of Oral and Maxillofacial Surgeons (AAOMS), “la cirugía ortognática es necesaria cuando existen alteraciones esqueléticas que afectan la mordida, la respiración, el habla o la estética, y que no pueden resolverse únicamente con ortodoncia” (AAOMS, 2023). Esto quiere decir que, en muchos casos, aunque los dientes puedan alinearse con brackets o alineadores, si los huesos están mal posicionados, la corrección ortodóntica por sí sola será insuficiente.

La Mayo Clinic agrega que estas cirugías permiten tratar de manera efectiva condiciones como la mordida abierta, el prognatismo (mandíbula muy adelantada), la retrognatia (mandíbula retraída), las asimetrías faciales o la apnea obstructiva del sueño. En sus guías, la institución resalta que “estos procedimientos no solo mejoran la apariencia facial, sino que también restauran funciones vitales como la masticación y la respiración”.

Un metaanálisis publicado en el Journal of Oral and Maxillofacial Surgery (JOMS, 2021) señala que los pacientes sometidos a cirugía ortognática reportan mejoras significativas no solo en la función masticatoria, sino también en indicadores de calidad de vida relacionados con autoestima y percepción social. Este hallazgo confirma que los beneficios trascienden lo físico, impactando de manera positiva la salud mental del paciente.

El cirujano maxilofacial Dr. William Bell, pionero en Estados Unidos en técnicas ortognáticas, explicó en una entrevista con la revista Seminars in Orthodontics que la planificación digital en 3D y el trabajo multidisciplinario con ortodoncistas han transformado este campo. “Hoy podemos anticipar con gran precisión los movimientos óseos y los resultados estéticos, lo que brinda mayor seguridad al paciente y predicciones más fiables”, señaló.

Tipos de cirugías ortognáticas

Dentro de la categoría de cirugía ortognática existen diferentes técnicas, dependiendo del hueso a intervenir y del tipo de alteración que presente el paciente. Las más frecuentes son:

Osteotomía maxilar (Le Fort I)

Este procedimiento se realiza en el maxilar superior para corregir alteraciones en altura, proyección o asimetría. El Hospital Johns Hopkins describe esta técnica como fundamental en pacientes con mordida abierta anterior o cuando el maxilar está demasiado retraído o adelantado.

Osteotomía sagital de rama mandibular (BSSO)

Se aplica sobre la mandíbula inferior y es uno de los procedimientos más comunes. Permite adelantar o retraer la mandíbula según la necesidad del paciente. La Universidad de Harvard, Escuela de Medicina Dental, señala que esta técnica es clave para resolver prognatismo y retrognatia, que son dos de las maloclusiones más frecuentes en población adulta.

Cirugía bimaxilar

Cuando existe una discrepancia significativa tanto en el maxilar superior como en la mandíbula, se realiza la cirugía bimaxilar. Según un estudio publicado en International Journal of Oral and Maxillofacial Surgery (2020), este procedimiento, aunque más complejo, logra los resultados más armónicos al reposicionar ambos huesos de manera simultánea.

Cirugía para mordida abierta y transversal

Algunos pacientes presentan alteraciones en la mordida transversal (cuando los dientes no encajan de lado a lado) o mordida abierta (cuando los dientes no se tocan al cerrar la boca). En estos casos, la cirugía ortognática se combina con técnicas de expansión palatina para corregir la anchura del maxilar.

Beneficios de la cirugía ortognática

Los beneficios no se limitan a la estética. Un informe de la British Journal of Oral and Maxillofacial Surgery (BJOMS, 2019) destaca que los pacientes que se someten a estas cirugías experimentan:

  • Mejora en la masticación y digestión.
  • Reducción de dolores en la articulación temporomandibular (ATM).
  • Mejoras en la fonación y claridad del habla.
  • Disminución de episodios de apnea obstructiva del sueño.
  • Aumento en la autoestima y calidad de vida percibida.

Como resume el cirujano español Dr. Federico Hernández-Alfaro, director del Instituto Maxilofacial de Barcelona: “La cirugía ortognática transforma vidas, no solo caras. Cambia cómo la persona respira, cómo duerme, cómo se relaciona y cómo se siente frente al espejo”.

Cirugía de mandíbula por prognatismo y retrognatia

Los desequilibrios mandibulares no siempre son simples variaciones estéticas. El prognatismo (mandíbula inferior demasiado adelantada) y la retrognatia (mandíbula retraída hacia atrás) son condiciones que comprometen la mordida, la respiración y la armonía facial, generando consecuencias tanto funcionales como psicológicas.

La Mayo Clinic señala que “estas condiciones no solo afectan la apariencia del rostro, sino que también pueden dificultar masticar, hablar y respirar adecuadamente” (Mayo Clinic, 2023). Por esta razón, en la mayoría de los casos la solución definitiva no es solo ortodóncica, sino quirúrgica.

Un artículo publicado en la National Library of Medicine (2021) describe que tanto el prognatismo como la retrognatia están relacionados con problemas de maloclusión severa, desgaste dental prematuro y, en casos más complejos, con apnea obstructiva del sueño.

Cirugía para prognatismo mandibular

El prognatismo mandibular se caracteriza por un crecimiento excesivo de la mandíbula hacia adelante, lo que genera una mordida en la que los dientes inferiores sobrepasan de manera notable a los superiores. En algunos casos, la alteración es tan marcada que impacta de forma directa la autoestima del paciente, además de generar problemas funcionales.

Según la Cleveland Clinic, “cuando la mandíbula está demasiado proyectada hacia adelante, el tratamiento más indicado es la cirugía ortognática con osteotomía sagital, que permite reposicionar el hueso mandibular y restablecer el equilibrio facial” (Cleveland Clinic, 2022).

El procedimiento consiste en realizar cortes controlados en la rama mandibular para desplazar la mandíbula hacia atrás y fijarla con placas y tornillos de titanio. La recuperación suele implicar hospitalización corta (2 a 3 días) y un proceso de cicatrización ósea de varias semanas.

El cirujano francés Dr. Jean-François Tulasne, especialista en cirugía maxilofacial de la Universidad de París, ha señalado en conferencias de la European Association for Cranio-Maxillo-Facial Surgery que “el éxito en el tratamiento del prognatismo depende de una planificación precisa en 3D y de la coordinación entre ortodoncista y cirujano. Sin esa sinergia, los resultados estéticos y funcionales no serán óptimos”.

Cirugía para retrognatia mandibular

La retrognatia es el caso opuesto: la mandíbula inferior se encuentra retraída, generando un perfil convexo en el rostro y una mordida en la que los dientes superiores sobrepasan en exceso a los inferiores. Esta condición no solo afecta la estética, sino que también puede ocasionar problemas respiratorios al reducir el espacio en la vía aérea.

La American Academy of Sleep Medicine ha documentado que la retrognatia es uno de los factores anatómicos de riesgo para desarrollar apnea obstructiva del sueño, debido a que la posición retraída de la mandíbula facilita la obstrucción de la faringe durante la noche (AASM, 2020).

El tratamiento quirúrgico consiste en avanzar la mandíbula mediante una osteotomía sagital bilateral, con fijación interna. Un estudio publicado en Oral Surgery, Oral Medicine, Oral Pathology and Oral Radiology (2020) evidenció que los pacientes sometidos a esta cirugía reportaron mejoras significativas en la calidad del sueño y en la reducción de ronquidos.

El cirujano estadounidense Dr. Larry Wolford, uno de los mayores referentes mundiales en cirugía ortognática y profesor del Texas A&M College of Dentistry, afirma: “La retrognatia no es un problema solo estético. Su tratamiento quirúrgico puede cambiar radicalmente la vida de un paciente al mejorar la respiración, el descanso nocturno y la seguridad en sí mismo”.

Impacto en la calidad de vida

Tanto en prognatismo como en retrognatia, los pacientes suelen experimentar una transformación integral tras la cirugía. Más allá de la simetría facial lograda, la corrección de la mordida y la mejora en la vía aérea tienen un impacto directo en la salud general.

Un estudio multicéntrico europeo publicado en el British Journal of Oral and Maxillofacial Surgery (2019) concluyó que más del 85 % de los pacientes intervenidos por alteraciones mandibulares reportaron “mejoras sustanciales en la calidad de vida, especialmente en funciones como masticar, hablar, dormir y en su confianza personal”.

En palabras del cirujano español Dr. Federico Hernández-Alfaro, referente en Barcelona: “La cirugía ortognática es de las pocas intervenciones en medicina que cambian la vida de un paciente en lo físico, lo funcional y lo emocional de forma simultánea”.

Cirugía reconstructiva mandibular y corrección de asimetrías faciales

La mandíbula no siempre requiere cirugía por un problema de desarrollo. También puede verse comprometida por traumas severos, resecciones por tumores, osteonecrosis o malformaciones congénitas que dejan secuelas funcionales y estéticas. En estos casos, la cirugía reconstructiva mandibular se convierte en la opción más adecuada, con el objetivo de devolver al paciente la posibilidad de hablar, masticar y recuperar la simetría facial.

La Mayo Clinic describe estas intervenciones como “procedimientos altamente especializados que buscan restaurar hueso, tejido y función en pacientes que han perdido parte de la mandíbula debido a cáncer, lesiones o infecciones graves” (Mayo Clinic, 2023).

En la misma línea, la Johns Hopkins Medicine enfatiza que la reconstrucción mandibular no se trata solo de un tema estético: “Restaurar la mandíbula permite al paciente alimentarse, comunicarse y respirar mejor, además de reducir el impacto psicológico que generan las deformidades faciales” (Johns Hopkins, 2022).

Cirugía reconstructiva tras resección tumoral

Cuando se reseca un tumor en la cavidad oral o en la mandíbula (como los carcinomas de células escamosas), es común que el paciente pierda parte significativa del hueso mandibular. Para reconstruirlo, se emplean técnicas avanzadas como los injertos microvasculares, entre ellos el colgajo libre de peroné, que permite trasplantar hueso con su irrigación sanguínea y adaptarlo al defecto mandibular.

Según un artículo del Journal of Oral and Maxillofacial Surgery (2020), la tasa de éxito de estos injertos supera el 90 %, y los avances en cirugía microvascular han permitido rehabilitar no solo la estructura ósea, sino también integrar implantes dentales para restaurar la función masticatoria.

El cirujano maxilofacial estadounidense Dr. David Hidalgo, pionero en estas técnicas en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center, señaló en una entrevista: “La reconstrucción mandibular con colgajo libre de peroné cambió la historia de la cirugía reconstructiva. Hoy, pacientes que antes quedaban condenados a vivir con secuelas funcionales severas pueden recuperar gran parte de su vida normal”.

Reconstrucción mandibular postraumática

Los accidentes de tránsito, caídas graves o traumatismos faciales pueden fracturar la mandíbula de manera compleja. En estos casos, la cirugía reconstructiva busca devolver la continuidad del hueso mediante placas de titanio, injertos óseos y, en ocasiones, técnicas microvasculares.

La Cleveland Clinic explica que la planificación digital en 3D y las guías quirúrgicas personalizadas permiten hoy reducir tiempos de cirugía y mejorar la precisión de la reconstrucción, lo que se traduce en mejores resultados funcionales y estéticos.

Un estudio multicéntrico publicado en Plastic and Reconstructive Surgery (2019) demostró que los pacientes sometidos a reconstrucción mandibular postraumática con modelos impresos en 3D reportaron mayor satisfacción estética y mejor recuperación de la función masticatoria frente a técnicas convencionales.

Cirugía por asimetrías faciales

Más allá de traumas o tumores, algunas personas nacen con alteraciones del crecimiento óseo que generan asimetrías marcadas en la mandíbula. Estas pueden deberse a síndromes congénitos como microsomía hemifacial o al crecimiento unilateral excesivo de un lado de la mandíbula (hiperplasia condilar).

En estos casos, la cirugía correctiva implica resección del crecimiento anómalo y, en ocasiones, osteotomías combinadas para devolver simetría al rostro. La European Association for Cranio-Maxillo-Facial Surgery recomienda un abordaje multidisciplinario que combine cirugía ortognática, ortodoncia y, en algunos casos, injertos óseos o prótesis articulares para estabilizar la articulación temporomandibular.

El cirujano británico Dr. Peter Brennan, editor del British Journal of Oral and Maxillofacial Surgery, enfatiza: “El éxito en la corrección de asimetrías faciales depende tanto de la precisión quirúrgica como del acompañamiento psicológico, porque estas deformidades impactan profundamente en la vida social y emocional del paciente”.

Innovación y futuro en la reconstrucción mandibular

En los últimos años, la bioingeniería y la impresión 3D han abierto nuevas posibilidades. Investigadores de la University College London (UCL) han logrado desarrollar andamios de titanio e injertos bioimpresos que se adaptan de forma exacta al defecto mandibular, acelerando la integración ósea y mejorando la estética.

Asimismo, el uso de cirugía guiada por realidad aumentada se perfila como una herramienta que permitirá a los cirujanos planificar y ejecutar reconstrucciones cada vez más exactas, disminuyendo los tiempos quirúrgicos y mejorando los resultados.

Preguntas frecuentes sobre la cirugía de mandíbula

Al tratarse de un procedimiento mayor, es común que los pacientes lleguen con dudas, temores y muchas expectativas. Aquí respondemos algunas de las preguntas más frecuentes con base en información de centros médicos de referencia como Mayo Clinic, Cleveland Clinic y Johns Hopkins.

¿Cuánto tiempo dura la recuperación de una cirugía de mandíbula?

La recuperación depende del tipo de procedimiento realizado. En promedio, la Mayo Clinic explica que la fase inicial de cicatrización ósea puede tomar entre 6 y 8 semanas, mientras que la consolidación total puede extenderse hasta 12 semanas. Durante este tiempo, el paciente pasa de una dieta líquida o blanda a una alimentación más sólida de forma progresiva. La inflamación suele ser más intensa en los primeros 10 días y luego disminuye gradualmente. Retomar actividades cotidianas como trabajar o estudiar es posible a partir de la tercera o cuarta semana, siempre bajo supervisión médica.
El dolor es una de las inquietudes más frecuentes. Sin embargo, según la Cleveland Clinic, los avances en anestesia general, técnicas mínimamente invasivas y analgesia posoperatoria hacen que la mayoría de los pacientes describan la cirugía como “incómoda” más que dolorosa. La inflamación, las limitaciones para abrir la boca y la sensación de rigidez son comunes en los primeros días, pero suelen controlarse con medicamentos prescritos. El dolor intenso, persistente o acompañado de fiebre debe reportarse inmediatamente al especialista.
La cirugía ortognática se recomienda cuando el crecimiento óseo facial está prácticamente completo. Según la American Association of Oral and Maxillofacial Surgeons (AAOMS), esto suele ocurrir hacia los 16-18 años en mujeres y los 18-21 años en hombres. En casos reconstructivos por trauma o tumor, la cirugía puede realizarse antes, ajustando la técnica según el desarrollo óseo del paciente. Para adultos, no existe un límite de edad estricto: lo importante es contar con buena salud general y no tener condiciones que impidan la anestesia o la cicatrización adecuada.
Como todo procedimiento mayor, existen riesgos. Los más comunes son: sangrado, infecciones, alteraciones temporales de la sensibilidad (entumecimiento en labios y mentón), movilidad dental y molestias en la articulación temporomandibular (ATM). Según un estudio del Journal of Oral and Maxillofacial Surgery (2021), más del 80 % de los pacientes experimentan alteraciones temporales de sensibilidad, pero la mayoría se resuelve en los primeros 6 meses. Las complicaciones graves, como infecciones profundas o pérdida de fijación ósea, son poco frecuentes y se reducen cuando la cirugía se realiza en centros especializados.
Los costos varían ampliamente según el país, la complejidad del caso y si la cirugía es funcional o estética. En Estados Unidos, de acuerdo con la American Society of Plastic Surgeons (ASPS), los precios oscilan entre 20.000 y 40.000 dólares. En Europa, la cifra puede ser de 15.000 a 30.000 euros. En Colombia, donde existen especialistas altamente capacitados y quirófanos de última generación, los costos suelen ser entre un 60 % y un 70 % más bajos que en Norteamérica o Europa, lo que convierte al país en un destino de turismo médico para este tipo de procedimientos.
Sí, y este es uno de los aspectos que más valoran los pacientes. Aunque el objetivo principal es funcional, al reposicionar los huesos de la cara se logra también un cambio estético significativo: perfiles más equilibrados, mayor simetría y armonía entre el maxilar superior, la mandíbula y el mentón. La Johns Hopkins Medicine subraya que “los beneficios estéticos son un efecto adicional muy positivo, que mejora la autopercepción y la confianza del paciente”.

Mitos y verdades sobre la cirugía de mandíbula

Cuando se habla de cirugía mandibular, circulan muchos temores y falsas creencias que generan dudas en los pacientes. Desmentir estos mitos con información médica de autoridad es fundamental para que las personas tomen decisiones informadas.

“La cirugía de mandíbula es solo estética” – Falso

“Después de la cirugía no podré volver a comer normalmente” – Falso

“La cirugía de mandíbula es demasiado dolorosa” – Falso

“El riesgo de quedar con parálisis facial es alto” – Falso

“Solo los jóvenes pueden operarse la mandíbula” – Falso

“Los cambios faciales serán tan radicales que no me reconocerán” – Falso, con matices

Cirugía de mandíbula como camino hacia la salud integral

La cirugía de mandíbula no es un procedimiento menor ni exclusivo de quienes buscan mejorar su apariencia. Se trata de una intervención compleja, planificada con precisión digital y ejecutada por equipos multidisciplinarios, cuyo verdadero objetivo es devolver al paciente calidad de vida: poder masticar sin dolor, respirar mejor, dormir profundamente y sentirse en equilibrio con su propio rostro.

Las fuentes internacionales coinciden en que, cuando está bien indicada, la cirugía ortognática y reconstructiva cambia vidas. La Mayo Clinic la describe como un procedimiento que “corrige problemas funcionales y estéticos a la vez”, mientras que el Journal of Oral and Maxillofacial Surgery destaca que más del 85 % de los pacientes reportan mejoras significativas en autoestima y confianza social tras la intervención.

En un mundo donde la salud y la imagen están cada vez más interconectadas, la cirugía de mandíbula se posiciona como una herramienta médica de alto impacto, capaz de transformar tanto lo físico como lo emocional.

Clínica Loyola: experiencia y confianza para tu cirugía de mandíbula

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