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La edad ideal para una cirugía plástica depende del cuerpo, la mente… y el momento

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Una pregunta frecuente, con muchas respuestas erradas. Este es el punto de vista de los expertos, basado en evidencia médica.

En redes sociales es común ver a adolescentes mostrando los resultados de una rinoplastia o a jóvenes de 18 años planeando una liposucción como regalo de graduación. Al mismo tiempo, adultos mayores que sobrepasan los 60 años deciden hacerse un lifting facial, un procedimiento que hasta hace pocos años parecía reservado para pacientes de mediana edad. Entonces, ¿existe una edad ideal para someterse a una cirugía plástica? ¿Cuáles son los límites, las recomendaciones, y sobre todo, los criterios médicos para hacerlo con seguridad?

La respuesta, como en todo lo que tiene que ver con salud, depende de múltiples factores. No existe una edad única, sino un marco de evaluación que considera el tipo de cirugía, el desarrollo físico del paciente, su madurez emocional y sus condiciones médicas preexistentes.

Según el Dr. Alan Matarasso, expresidente de la American Society of Plastic Surgeons (ASPS), “la edad cronológica no siempre es el factor más importante. Lo esencial es que el cuerpo haya completado su desarrollo y que exista una motivación clara, realista y emocionalmente estable por parte del paciente”.

Este enfoque también es respaldado por la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), que indica en su guía oficial que “no hay una edad mínima o máxima general, sino una evaluación personalizada para cada tipo de intervención. En adolescentes, por ejemplo, la cirugía debe estar justificada médicamente o responder a un impacto psicológico significativo y documentado”.

¿Qué cirugías plásticas pueden realizarse en adolescentes?

Cirugías con justificación médica antes de los 18 años

Aunque muchos procedimientos estéticos se posponen hasta la adultez, hay intervenciones plásticas que pueden hacerse en adolescentes, siempre bajo evaluación multidisciplinaria y con consentimiento parental.

Un caso común es la otoplastia (corrección de orejas prominentes), que puede realizarse desde los 7 años, cuando el cartílago auricular ha completado su desarrollo. Esta cirugía es considerada por muchos especialistas como reconstructiva más que meramente estética, ya que busca evitar el bullying y el impacto emocional en la infancia.

También es posible considerar intervenciones como la ginecomastia (reducción de tejido mamario en varones adolescentes) o la rinoplastia funcional, cuando existe obstrucción respiratoria.

En palabras de la Dra. Marisa Manzano, cirujana plástica pediátrica en el Hospital Sant Joan de Déu (Barcelona), “estas cirugías deben evaluarse caso por caso, siempre considerando la madurez del menor, el impacto emocional y los beneficios físicos. No son una moda, sino una herramienta terapéutica en determinados contextos”.

Cirugías con fines estéticos puros: ¿es recomendable antes de los 18 años?

Aquí el panorama cambia. La mayoría de las sociedades científicas —incluida la ASPS y la SECPRE— desaconsejan procedimientos como liposucción, aumento mamario o cirugía de contorno corporal en menores de edad, salvo casos excepcionales.

“Hay un componente emocional muy importante”, explica la Dra. Jennifer Walden, cirujana plástica certificada por la American Board of Plastic Surgery. “En la adolescencia se atraviesan cambios de imagen y autoestima muy intensos, y muchos de esos conflictos se resuelven naturalmente con el tiempo. Operar a una persona en medio de esa transición puede generar más insatisfacción que bienestar”.

Edad mínima recomendada para cirugías estéticas más comunes

Aumento de senos (mamoplastia de aumento)

Una de las intervenciones más solicitadas por mujeres jóvenes es el aumento mamario. Sin embargo, la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) establece una edad mínima para la colocación de implantes: 18 años para implantes de solución salina y 22 años para los de silicona. Esto responde a múltiples factores, entre ellos el desarrollo completo del tejido mamario y el riesgo de complicaciones futuras.

Según la Dra. Carolyn DeLucia, cirujana plástica afiliada al New York Group for Plastic Surgery, “aunque algunas jóvenes de 18 o 19 años pueden estar listas física y emocionalmente para una mamoplastia de aumento, es fundamental asegurarse de que lo hacen por decisión propia y no como respuesta a una presión social o relacional. La madurez emocional es tan clave como la física”.

En Colombia, la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica también recomienda postergar este procedimiento hasta después de los 18 años, incluso en escenarios de presión estética, y priorizar siempre el consentimiento informado y la estabilidad emocional de la paciente.

Liposucción y abdominoplastia: ¿antes o después de los 20?

Tanto la liposucción como la abdominoplastia (cirugía del abdomen) son procedimientos que se relacionan con cambios significativos en la silueta. En ambos casos, los expertos coinciden en que deben realizarse una vez se haya alcanzado un peso estable y se haya completado el desarrollo físico.

La Dra. Lina Triana, expresidenta de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS), con sede en Ginebra, lo resume así: “La cirugía plástica no reemplaza el estilo de vida saludable. Un paciente de 19 años que todavía no ha estabilizado su peso o sus hábitos, probablemente no se beneficiará a largo plazo de una liposucción. El objetivo no es adelgazar con cirugía, sino moldear el cuerpo después de que haya completado su transformación natural”.

Por esta razón, la mayoría de cirujanos éticos prefieren esperar hasta los 21 años o más para estos procedimientos, a menos que haya indicaciones muy claras y responsables de parte del equipo médico.

Cirugías faciales: rinoplastia, bichectomía y más

En el caso de cirugías faciales como la rinoplastia, la edad mínima puede ser menor, siempre que se haya completado el desarrollo del rostro. La ASPS sugiere que en mujeres puede considerarse a partir de los 15 o 16 años, y en hombres desde los 17 años, ya que su crecimiento suele ser un poco más tardío.

La bichectomía, intervención que retira las bolsas de Bichat para afinar el rostro, ha ganado popularidad entre adolescentes. Sin embargo, los expertos advierten que esta cirugía puede tener consecuencias estéticas a largo plazo. Como explica el Dr. Rod J. Rohrich, uno de los cirujanos plásticos más reconocidos de EE. UU. y editor en jefe del Plastic and Reconstructive Surgery Journal, “remover tejido graso en una etapa muy temprana puede generar un envejecimiento facial prematuro. Hay que ser muy cautelosos con las modas en cirugía plástica”.

¿Hay una edad límite para hacerse cirugía plástica?

Pacientes de 60, 70 o más: ¿es viable operarse a esa edad?

La edad cronológica no es una contraindicación para la cirugía plástica, pero sí lo es el estado de salud. Cada vez más pacientes mayores de 60 o incluso 70 años deciden someterse a procedimientos como lifting facial, blefaroplastia (párpados) o rejuvenecimiento de cuello.

El Dr. James C. Grotting, profesor de cirugía plástica en la Universidad de Alabama y expresidente de la ASAPS (American Society for Aesthetic Plastic Surgery), ha operado pacientes de 75 años con excelentes resultados. “La clave está en una evaluación médica completa, un anestesiólogo experimentado y expectativas realistas. La edad no impide verse y sentirse mejor si se hace con seguridad”.

En un estudio publicado en 2022 por Plastic and Reconstructive Surgery – Global Open, se concluyó que los pacientes mayores de 65 años no presentaban un mayor riesgo de complicaciones quirúrgicas, siempre y cuando tuvieran un estado de salud adecuado. Eso sí: la preparación preoperatoria y el seguimiento deben ser aún más rigurosos.

La edad emocional también cuenta: madurez, motivación y consentimiento

Más allá del cuerpo: ¿está preparado el paciente emocionalmente?

Uno de los aspectos más subestimados en la cirugía plástica —y a la vez más decisivo— es el estado emocional del paciente. La madurez psicológica, la comprensión del procedimiento y una motivación intrínseca son elementos clave para evitar resultados insatisfactorios o crisis posteriores a la cirugía.

Así lo ha expresado con firmeza la Dra. Alexandra Condé-Green, cirujana plástica certificada por la American Board of Plastic Surgery y miembro de la Sociedad Americana de Cirugía Estética. “En mi práctica he visto que la cirugía plástica puede ser transformadora, pero solo cuando la persona lo hace por sí misma y tiene una expectativa realista. En cambio, cuando se opera por presión de pareja, redes sociales o inseguridad emocional no resuelta, los resultados casi siempre decepcionan”.

Esta visión es respaldada por el Journal of Plastic and Reconstructive Surgery, que en una revisión de 2021 advierte que los trastornos dismórficos corporales (BDD, por su sigla en inglés) pueden estar presentes en hasta un 15% de los pacientes que solicitan cirugía estética, y que muchos de estos casos no son detectados previamente. Estos trastornos generan una percepción alterada del cuerpo, y pueden llevar al paciente a operarse repetidamente sin alcanzar nunca la satisfacción esperada.

Por eso, en países como Alemania o Suecia es obligatorio que pacientes menores de 18 años sean evaluados por psicólogos antes de autorizar procedimientos quirúrgicos de índole estética.

Consentimiento informado y entorno familiar

Cuando se trata de menores de edad, el consentimiento informado cobra una dimensión aún más crítica. No basta con una firma legal: los padres o tutores deben entender con claridad los beneficios, riesgos, implicaciones emocionales y consecuencias a largo plazo.

“Los adolescentes viven una etapa emocionalmente frágil”, señala la Dra. Lina Cárdenas, especialista en adolescencia y salud mental del Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá. “Muchos padres creen estar haciendo un favor a sus hijos al permitir una cirugía plástica, pero si no se explora la causa real de la incomodidad, se corre el riesgo de reforzar un patrón de inseguridad. El acompañamiento psicológico previo debería ser obligatorio en todos los casos”.

Preguntas frecuentes sobre la edad para hacerse una cirugía plástica

¿Puede un menor de edad someterse a una cirugía estética?

Sí, pero con muchas limitaciones. Si bien existen procedimientos como la otoplastia (cirugía de orejas) o la rinoplastia funcional que pueden realizarse antes de los 18 años, deben estar médicamente justificados y contar con consentimiento parental. Además, muchas sociedades médicas, como la ASPS y la SECPRE, recomiendan que los menores pasen primero por una evaluación psicológica y emocional para garantizar que la decisión no esté influenciada por presiones sociales o inseguridades temporales.

Sí, pero no en el sentido que muchas personas creen. El cuerpo humano está en constante cambio, y las modificaciones hormonales, el envejecimiento natural, los embarazos o los cambios de peso pueden alterar los resultados de cualquier procedimiento, sin importar la edad a la que se haya realizado. Esto quiere decir que una cirugía hecha a los 20 años puede no “durar más” que una realizada a los 40, si los hábitos y el cuidado postoperatorio no son los adecuados.

No hay una única edad ideal. Lo correcto es hablar de momentos óptimos. En el caso del aumento mamario, por ejemplo, se recomienda después de los 18 años para implantes salinos y después de los 22 para los de silicona, tal como lo indica la FDA. Para la rinoplastia, puede considerarse desde los 15-16 años en mujeres y 17-18 en hombres, una vez se ha completado el crecimiento facial. La liposucción y la abdominoplastia, por su parte, se aconsejan después de que el paciente tenga un peso estable y hábitos de vida saludables.

No necesariamente. La edad no es una contraindicación automática. De hecho, numerosos estudios han demostrado que personas mayores de 60 o 70 años pueden someterse a procedimientos estéticos con total seguridad, siempre que tengan buena salud general y no padezcan enfermedades crónicas descompensadas. La clave está en una preparación rigurosa, exámenes preoperatorios completos y una evaluación anestésica exhaustiva. En estos casos, el trabajo multidisciplinario entre cirujano, internista y anestesiólogo es fundamental.

Lo mejor es esperar. Someterse a una cirugía plástica antes de completar el desarrollo físico puede generar resultados poco duraderos, asimetrías o necesidad de reintervenciones en el futuro. El cuerpo humano sigue cambiando hasta después de los 20 años, especialmente en zonas como el abdomen, los senos o el contorno corporal. Por eso, los cirujanos éticos suelen pedirle al paciente que espere hasta alcanzar una etapa de estabilidad física, emocional y metabólica.

Sí, cuando no hay condiciones médicas o psicológicas favorables. De hecho, un cirujano plástico responsable está obligado a decir “no” si considera que la edad del paciente no es adecuada para un procedimiento, o si detecta motivaciones externas (como presión de pareja, bullying o modas pasajeras) que podrían afectar el resultado. También puede pedir apoyo de un psicólogo o psiquiatra cuando se sospecha de trastornos de imagen corporal.

¡Adelante!, siempre que tengas buena salud. Si tu motivación es personal y deseas mejorar tu calidad de vida, un lifting facial, una blefaroplastia o un rejuvenecimiento de cuello pueden ser excelentes opciones. Eso sí: prepárate bien, haz todos los exámenes requeridos y asegúrate de estar en manos de un equipo médico con experiencia en pacientes mayores. La cirugía plástica no tiene fecha de vencimiento, pero sí necesita responsabilidad.

Mitos y verdades sobre la edad para operarse

Mito 1: “Si me opero joven, me va a durar más la cirugía”

Mito 2: “Después de los 60 ya no vale la pena operarse”

Mito 3: “Entre más joven me opere, mejor me voy a ver”

Verdad 1: “La evaluación debe ser siempre personalizada”

Verdad 2: “La motivación personal es el mejor indicador”

No es cuestión de edad, sino de preparación

Si algo ha quedado claro a lo largo de este recorrido por cifras, testimonios médicos y realidades clínicas es que la edad no es el único ni el principal factor a la hora de decidirse por una cirugía plástica. Lo verdaderamente determinante es la etapa física, emocional y médica en la que se encuentra cada paciente.

Una joven de 18 años puede tener el cuerpo formado, pero no la claridad emocional para afrontar un cambio estético significativo. Un adulto mayor de 70 puede tener más riesgos clínicos, pero también la madurez y estabilidad necesarias para vivir el proceso con plenitud. En medio de todo esto, lo que siempre debe estar presente es una evaluación médica rigurosa, un acompañamiento profesional completo y una motivación auténtica.

Como bien resume el cirujano estadounidense Dr. Andrew Jacono, reconocido mundialmente por su enfoque en cirugía plástica facial avanzada, “la mejor edad para operarse es cuando el cuerpo, la mente y el espíritu están alineados con ese deseo. No antes, no por impulso, no por presión. Y eso no lo da el calendario, lo da la consciencia”.

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En definitiva, la decisión de operarse no se mide por el número de años, sino por el momento vital. Una persona bien informada, con apoyo médico calificado y en una etapa estable de su desarrollo —físico y emocional— es la verdadera candidata ideal, sin importar si tiene 17, 38 o 67 años. En ese camino, contar con una institución confiable como Clínica Loyola hace la diferencia. Con quirófano propio, acompañamiento psicológico cuando se requiere, anestesiólogos experimentados y atención centrada en el bienestar del paciente, nuestros protocolos garantizan que cada cirugía plástica sea una experiencia segura, humana y profundamente transformadora. Si te preguntas cuál es el mejor lugar para dar ese paso, aquí empieza tu respuesta.

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