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¿A partir de qué edad se puede hacer una otoplastía? Guía completa con expertos

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La otoplastía, conocida comúnmente como la cirugía para corregir las orejas prominentes o “en soplillo”, es uno de los procedimientos estéticos más frecuentes en niños y adultos jóvenes. A diferencia de otras cirugías plásticas, esta intervención suele asociarse a etapas tempranas de la vida, cuando la forma de las orejas puede generar complejos, burlas escolares y problemas de autoestima.

La edad mínima recomendada según la ciencia

La mayoría de expertos internacionales coinciden en que la otoplastía puede realizarse de forma segura a partir de los 5 o 6 años de edad. A esa altura, la oreja ya alcanzó entre el 85 % y el 90 % de su tamaño definitivo, lo que permite moldearla quirúrgicamente sin riesgo de que el crecimiento posterior altere los resultados.

En palabras del Dr. Jonathan Sykes, cirujano plástico facial y ex presidente de la American Academy of Facial Plastic and Reconstructive Surgery (AAFPRS), “la edad ideal para la otoplastía suele ser antes de que los niños empiecen la primaria, porque además de tener un cartílago suficientemente desarrollado, se evitan años de comentarios que pueden marcar su autoestima” (Sykes, 2021).

Razones médicas y emocionales para operar a temprana edad

No se trata únicamente de un asunto estético. Los pediatras y psicólogos han documentado que las orejas prominentes pueden ser motivo de acoso escolar desde muy pequeños. Un estudio publicado en la revista Plastic and Reconstructive Surgery (Bradbury et al., 2017) evidenció que los niños operados entre los 6 y 10 años reportaron una mejora significativa en su calidad de vida, con reducción en los niveles de ansiedad y aumento en la confianza personal.

El impacto en la salud mental infantil

La profesora Diana Zuckerman, presidenta del National Center for Health Research en Washington, explica que “los padres suelen subestimar cuánto puede afectar una característica física en la vida escolar. Cuando hablamos de orejas prominentes, la cirugía temprana no solo es segura, sino que puede prevenir problemas emocionales de largo plazo” (Zuckerman, 2020).

Adolescentes y adultos, ¿también pueden someterse?

Aunque la mayoría de otoplastías se realizan en la infancia, no existe una edad máxima. Pacientes adolescentes y adultos también pueden beneficiarse, siempre y cuando gocen de buena salud general. El cartílago, al ser más rígido en edades avanzadas, puede requerir técnicas quirúrgicas ligeramente diferentes, pero los resultados suelen ser igual de satisfactorios.

En un artículo de la British Association of Plastic, Reconstructive and Aesthetic Surgeons (BAPRAS), se señala que “los adultos que deciden operarse después de años de incomodidad reportan mejoras comparables a las de los niños en términos de seguridad y satisfacción” (BAPRAS, 2021).

Técnicas de otoplastía en niños

En la población infantil, los cirujanos suelen optar por técnicas menos invasivas que respetan el cartílago en formación. El procedimiento más utilizado consiste en realizar una pequeña incisión en la parte posterior de la oreja, remodelar el cartílago con suturas internas y acercar el pabellón auricular a la cabeza para darle una forma más armónica.

El Dr. Peter Adamson, profesor emérito de la Universidad de Toronto y expresidente de la International Federation of Facial Plastic Surgery Societies (IFFPSS), explica que “en los niños pequeños el cartílago es blando y maleable, lo que facilita reposicionar la oreja con mayor naturalidad y con menor riesgo de recurrencia” (Adamson, 2019).

Importancia de la anestesia pediátrica

En menores de 7 u 8 años, la cirugía suele realizarse bajo anestesia general, para garantizar que el niño esté tranquilo y no se mueva. Los especialistas enfatizan que es clave realizar el procedimiento en un quirófano certificado, con anestesiólogos pediátricos entrenados, ya que esto reduce los riesgos al mínimo.

Otoplastía en adolescentes

En la adolescencia, la técnica quirúrgica es muy similar a la infantil, pero con un cartílago más firme que exige maniobras de fijación más estables. A esta edad, la motivación para la cirugía suele estar ligada al deseo de encajar socialmente y proyectar mayor seguridad en actividades escolares o extracurriculares.

Un estudio publicado en Aesthetic Surgery Journal (Sommer et al., 2018) analizó a 211 adolescentes que se sometieron a otoplastía y concluyó que el 97 % reportó sentirse “más integrados” en su entorno social tras la intervención.

Acompañamiento psicológico

Los expertos recomiendan que, en la adolescencia, los padres acompañen activamente el proceso de decisión. El Dr. Michael Brenner, cirujano plástico certificado en Los Ángeles, resalta que “el éxito de la cirugía no solo depende de la técnica, sino de que el joven tenga expectativas claras y realistas sobre los resultados” (Brenner, 2022).

Otoplastía en adultos

En pacientes adultos, el cartílago ya no es maleable y puede requerir resecciones parciales o debilitamiento del cartílago para lograr la forma deseada. Aun así, los resultados son altamente satisfactorios y permanentes.

La Clínica Mayo (Mayo Clinic, 2023) advierte que, en adultos, la recuperación puede ser un poco más lenta, con mayor inflamación en los primeros días, pero sin implicar complicaciones relevantes si se siguen las recomendaciones postoperatorias.

Recuperación y cuidados postoperatorios

La recuperación varía según la edad:

  • En niños, suelen necesitar entre 7 y 10 días de reposo escolar.
  • En adolescentes y adultos, el retorno a las actividades cotidianas ocurre en 10 a 14 días.

En todos los casos, se recomienda el uso de una banda elástica que protege la oreja y mantiene su nueva forma, especialmente durante el sueño.

El Dr. Sherell Aston, jefe emérito de cirugía plástica en NYU Langone Health, indica que “los cuidados postoperatorios son tan determinantes como la cirugía misma: dormir boca arriba, evitar deportes de contacto durante al menos 6 semanas y mantener una higiene estricta de las incisiones” (Aston, 2021).

Riesgos y complicaciones de la otoplastía

Como toda cirugía, la otoplastía no está exenta de riesgos, aunque la evidencia científica muestra que es un procedimiento seguro cuando se realiza en manos de cirujanos plásticos certificados y en instalaciones adecuadas.

Según la American Society of Plastic Surgeons (ASPS), las complicaciones más frecuentes son leves: hematomas, inflamación prolongada o pequeñas asimetrías entre una oreja y otra. En un número reducido de casos, puede presentarse infección en la herida quirúrgica, pero con el uso de antibióticos y cuidados postoperatorios apropiados, el riesgo es bajo (ASPS, 2023).

El Dr. Bryan Mendelson, expresidente de la International Society of Aesthetic Plastic Surgery (ISAPS), señala que “los resultados insatisfactorios se deben, en la mayoría de los casos, a cirugías realizadas por personal no especializado. La elección del cirujano es tan importante como la técnica utilizada” (Mendelson, 2020).

Diferencias en los riesgos según la edad

la principal preocupación es el control anestésico, razón por la cual debe garantizarse la presencia de anestesiólogos pediátricos.

el riesgo aumenta si el paciente no cumple al pie de la letra las indicaciones postoperatorias, especialmente en cuanto al uso de la banda elástica nocturna.

la mayor rigidez del cartílago puede derivar en inflamación más prolongada, aunque no en complicaciones graves.

La British Association of Plastic, Reconstructive and Aesthetic Surgeons (BAPRAS) indica que “los mejores resultados se logran cuando el niño participa en la decisión, comprende de manera básica qué se le va a realizar y cuenta con el apoyo emocional de sus padres” (BAPRAS, 2021).

Mitos y verdades sobre la otoplastía

Mito 1: “Solo se puede hacer en la infancia”

Mito 2: “La cirugía deja cicatrices visibles”

Mito 3: “Las orejas vuelven a abrirse después de unos años”

Mito 4: “Es una cirugía puramente estética”

Lo que dicen los especialistas sobre el mejor momento para operarse

El Dr. Rod J. Rohrich, uno de los cirujanos plásticos más reconocidos de Estados Unidos y editor en jefe de Plastic and Reconstructive Surgery Journal, señala que “la edad escolar temprana es ideal porque el cartílago está suficientemente formado y se previenen años de sufrimiento emocional. Sin embargo, nunca es demasiado tarde para corregir orejas prominentes si el paciente lo desea” (Rohrich, 2019).

Por su parte, el cirujano español Dr. Pedro Ceballos, miembro de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), añade que “cada caso debe analizarse individualmente. Hay niños de 5 años que ya tienen la madurez emocional para la cirugía, y adolescentes de 15 que todavía requieren acompañamiento psicológico para asumir el cambio” (SECPRE, 2022).

Este consenso internacional muestra que la edad es importante, pero no lo es todo: la madurez emocional, el contexto familiar y la elección de un equipo médico calificado son determinantes en el éxito del procedimiento.

Preguntas frecuentes sobre la otoplastía

¿Cuál es la edad mínima para realizar una otoplastía?

La mayoría de los especialistas recomiendan realizar la cirugía a partir de los 5 o 6 años, cuando la oreja ya está lo suficientemente desarrollada y el niño tiene la madurez necesaria para colaborar en el proceso. Operar antes de esta edad no es aconsejable, ya que el cartílago aún está en crecimiento y los resultados podrían variar.

Sí. Aunque el momento ideal es la infancia, la otoplastía no tiene una edad máxima. Pacientes de todas las edades pueden someterse a ella con excelentes resultados. La diferencia radica en que, en adultos, el cartílago es más rígido y la recuperación puede tardar algunos días más.

Durante el procedimiento no se siente dolor gracias a la anestesia (general en niños pequeños y local con sedación en adolescentes y adultos). Tras la cirugía, puede haber molestias moderadas, fácilmente controlables con analgésicos comunes recetados por el especialista.

En los niños, el regreso a las actividades escolares ocurre en unos 7 a 10 días. En adolescentes y adultos, la reincorporación a la vida diaria puede tardar entre 10 y 14 días. Es fundamental usar la banda elástica protectora durante varias semanas, especialmente al dormir.

No. La incisión se hace en la parte posterior de la oreja, lo que hace que la cicatriz sea imperceptible. Con el paso de los meses, se atenúa casi por completo.

En la mayoría de los casos, sí. El remodelado del cartílago y las suturas internas logran una corrección duradera. Solo en un porcentaje muy pequeño puede haber recurrencia, casi siempre asociada al incumplimiento de los cuidados postoperatorios.

Los riesgos son bajos, pero existen: infección, hematomas o leves asimetrías. Por eso es fundamental elegir un cirujano plástico certificado y realizar la intervención en una clínica con quirófanos habilitados.

No. La cirugía solo corrige la forma y la posición del pabellón auricular, sin modificar las estructuras internas del oído. La audición no se ve afectada en absoluto.

En muchos casos sí, sobre todo en adolescentes que atraviesan etapas de mayor vulnerabilidad emocional. Un acompañamiento psicológico puede ayudar a reforzar las expectativas y asegurar que el cambio se viva de manera positiva.

Conclusión

En Clínica Loyola, somos profesionales en Odontología, Ortodoncia invisible, implantes dentales, cirugía plástica, medicina estética y mucho más.

La otoplastía es una cirugía que va mucho más allá de lo estético: significa ofrecer confianza, seguridad y bienestar emocional a quienes por años han sentido incomodidad con la forma de sus orejas. La ciencia médica ha demostrado que el mejor momento para realizarla es durante la infancia, a partir de los 5 o 6 años, pero también que nunca es demasiado tarde para dar el paso.

Hoy, tanto niños como adultos pueden acceder a resultados seguros y naturales siempre que acudan a profesionales certificados y a clínicas con estándares de calidad internacionales. Y es aquí donde surge una pregunta clave para cualquier paciente y su familia: ¿en quién confiar un procedimiento que, además de cambiar la apariencia, puede transformar la vida?

En Colombia, Clínica Loyola se ha consolidado como un referente en cirugía plástica y procedimientos estéticos de alta complejidad. Con más de 33 años de experiencia, cuenta con quirófanos propios, especialistas certificados en cirugía plástica y reconstructiva, y un equipo multidisciplinario que acompaña cada caso desde la valoración inicial hasta la recuperación final. La clínica no solo se centra en los resultados visibles, sino también en la seguridad y el bienestar emocional de cada paciente.

El Dr. Sherell Aston, una de las voces más influyentes de la cirugía plástica mundial, suele recordar que “la otoplastía es una de las intervenciones que mejor ejemplifica cómo la cirugía estética puede cambiar la vida de una persona, no por la transformación física, sino por el impacto en su autoestima y relaciones sociales” (Aston, 2021). Ese mismo enfoque humano y profesional es el que Clínica Loyola aplica día a día en cada cirugía.

Si estás pensando en la otoplastía para ti o para tu hijo, no pospongas más la decisión. Agenda una valoración en Clínica Loyola y recibe una orientación clara, empática y personalizada sobre el mejor momento, las técnicas disponibles y los resultados que puedes esperar. Porque dar este paso no es solo corregir una característica física: es abrir la puerta a una vida con más confianza y plenitud.

Visítanos en nuestras sedes en Bogotá, Medellín, Bucaramanga o Fusagasugá, o contáctanos a través de www.clinicaloyola.com para más información.

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