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Otoplastia: Qué es, cómo se realiza y todo lo que debes saber

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La otoplastia es una de las cirugías estéticas más solicitadas para corregir deformidades o alteraciones en la posición, tamaño o forma de las orejas. Aunque en muchos casos se realiza por motivos puramente estéticos, también puede abordar malformaciones congénitas o secuelas de traumatismos. La necesidad de intervenir las orejas no solo responde a un deseo de mejorar la apariencia física, sino también de fortalecer la autoestima y la confianza personal, especialmente en niños y adolescentes que han sido objeto de burlas o bullying.

¿Qué es la otoplastia?

La otoplastia es un procedimiento quirúrgico que modifica la forma, el tamaño o la posición de las orejas. Según la American Society of Plastic Surgeons (ASPS), “la otoplastia puede corregir orejas prominentes que se alejan excesivamente de la cabeza, orejas grandes desproporcionadas en relación con la cabeza o deformidades debidas a lesiones”. Esta intervención está indicada tanto para adultos como para niños mayores de cinco años, una edad en la que las orejas ya han alcanzado su tamaño casi completo.

¿Cómo se realiza una otoplastia?

Antes de la cirugía, el especialista realiza una valoración minuciosa de la forma y estructura de las orejas. Se discuten las expectativas del paciente y se explican los posibles resultados.

La cirugía suele realizarse de forma ambulatoria bajo anestesia local y sedación leve o, en algunos casos, anestesia general. Según Mayo Clinic, “para corregir la posición de las orejas, el cirujano hace una incisión en la parte posterior de la oreja y retira o remodela el cartílago según sea necesario”.

La técnica más común consiste en crear o aumentar el pliegue antihélix (la curva interna de la oreja) y reducir el exceso de cartílago de la concha auricular, acercando las orejas hacia la cabeza de manera natural.

La otoplastia suele tardar entre una y dos horas, dependiendo de la complejidad del caso y de si se intervienen una o ambas orejas.

Recuperación tras una otoplastia

Tras la intervención, se coloca un vendaje que cubre las orejas para protegerlas y mantener su nueva forma. Es normal experimentar molestias leves, hinchazón y algo de dolor, que se controlan con medicamentos.

Según Mayo Clinic, “el vendaje se reemplaza por una banda elástica o de tenis durante varios días, que deberá usarse de manera continua, sobre todo por las noches”.

La mayoría de los pacientes puede volver a sus actividades normales, como estudiar o trabajar, en un plazo de una semana. No obstante, se recomienda evitar actividades físicas intensas o deportes de contacto durante al menos seis semanas.
Los resultados de la otoplastia son visibles de inmediato tras retirar el vendaje inicial, pero la inflamación puede tardar varias semanas en desaparecer por completo. El cambio es permanente y, en la mayoría de los casos, muy satisfactorio.

Riesgos de la otoplastia

Como toda cirugía, la otoplastia implica ciertos riesgos, aunque la tasa de complicaciones es baja. Según la American Society of Plastic Surgeons, los riesgos pueden incluir:

  • Hematomas o sangrado.
  • Infecciones.
  • Asimetría en la colocación de las orejas.
  • Cambios en la sensibilidad cutánea.
  • Cicatrices visibles.

La elección de un cirujano plástico certificado y experimentado reduce significativamente estas probabilidades.

Beneficios emocionales de la otoplastia

Más allá del cambio físico, la otoplastia puede tener un impacto profundo en la autoestima y bienestar emocional de los pacientes. Muchos niños y adultos reportan una mayor seguridad en su apariencia, lo que puede mejorar su calidad de vida en general. Según un artículo publicado en Plastic and Reconstructive Surgery, “los niños que se someten a otoplastia suelen experimentar una disminución significativa en los niveles de ansiedad social y en el acoso escolar”.

Preguntas frecuentes sobre la otoplastia

¿A qué edad se puede hacer una otoplastia?

La otoplastia se puede realizar a partir de los cinco años, cuando las orejas han alcanzado un desarrollo casi completo. Esto permite una intervención segura y evita secuelas en el crecimiento.

Durante el procedimiento no se siente dolor gracias a la anestesia. En los días posteriores, puede haber molestias leves, controladas con analgésicos recetados.

El incumplimiento de las indicaciones puede afectar los resultados y aumentar el riesgo de complicaciones como infecciones o asimetría.

Las incisiones se realizan generalmente en la parte posterior de las orejas, por lo que las cicatrices quedan ocultas y tienden a ser poco perceptibles con el tiempo.
Sí, los resultados de la otoplastia suelen ser definitivos. Salvo raras excepciones, no se requiere una segunda intervención.

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